Siento como una de sus manos se escabulle por entre mis
piernas, doy un brinco sobresaltándome ante su contacto que logra una descarga
eléctrica.
-¿Sabes quién soy? – Claro que lo sé, nadie podría
olvidar tan fácilmente esa voz gruesa que te hiela la sangre, asiento a manera
de respuesta – Me alegra mucho saberlo – su mano sube aún más casi colocando su
mano en mi miembro.
-¿Q-Que haces? – logro soltar.
-Nada, nada no te espantes – dice mientras siento como
comienza a desenredarme las manos que están sujetas por atrás de la silla al
igual que mis tobillos
-¿Por qué haces esto? –
-¿Quieres seguir amarrado? – al parecer no entendió mi
pregunta.
-No me refería a desatarme hablaba de por qué me tienes
aquí – le aclaro
-Eso, bien más adelante lo sabrás – dice de manera rápida
y sencilla.
Siento el roce de sus dedos hábiles que desatan mis
manos, las cuales están entumecidas, estornudo.
-Más vale que no te enfermes o aquí rodaran cabezas –
escucho como sus dientes rechinan al parecer está enojado.
-Tus amigos fueron los que me echaron agua. Yo no tengo
la culpa – escupo enojado.
-No son mis amigos y aquí nadie te está echando la culpa
de nada –
Una vez que mis manos están libres al igual que mis pies,
me llevo las manos hacia la tira que me impide ver lo que está pasando a mí
alrededor.
-¿Quieres que te la quite? – su voz gruesa me hiela la
sangre, tengo miedo por lo que solo me limito a asentir – Bien –
La presión a causa de lo que me cubre los ojos se
desvanece y comienzo a abrir lentamente, las luz es cegadora ya que he pasado
un buen tiempo con la venda que me impedía observar, lo primero que veo es que
estoy en un cuarto totalmente oscuro no hay ventanas ni ninguna fuente de luz,
esta oscuro completamente solo se ve la luz del cuarto continuo. Me levanto por
mero instinto de supervivencia por el lugar que es totalmente desconocido para
mi.
-¿Dónde estoy? – mi voz suena asustada, tengo
miedo…demasiado.
-No importa – la voz potente se hace presente, no puedo
distinguirlo entre las sombras
-¡¡CLARO QUE IMPORTA!! ¡¡JODER!! ¡¡SACAME DE AQUÍ HIJO DE
PUTA!! ¡¡MALDITO PERVERTIDO!! – grite con todo lo que daba, grite…le grite a la
oscuridad, me sentía patético. Un sonido de arrastre de algún mueble me hizo
retroceder a ciegas, me iba a matar estaba seguro que me iba a matar y después
vender mis órganos y a nadie le iba a importar estaba solo en este jodido mundo
solo como un perro.
-No soy un pervertido, ni un hijo de puta…simplemente soy
tu amo – “Tu amo” ¿Pero de que
carajos está hablando? – A partir de hoy me perteneces, eres mío…solo mío – recalco esto último, sentí
como chocaba mi espalda con algo fuerte, me gire de inmediato cuando sentí una
mano apresar mi muñeca.
-¡SUELTAME! ¿¡DONDE ESTOY!? – forceje para que me soltara
pero como respuesta lo único que hizo fue inmovilizarme doblando mi muñeca lo
que ocasiono que callera de rodillas en el suelo.
-Estas en donde quiero que estés, mira no quiero
lastimarte, así que cálmate – dijo con total parsimonia que me era irritante.
-¡¿COMO QUIERES QUE ME TRANQUILICE PEDAZO DE IDIOTA!?
¡¡ME HAS SECUESTRADO!! – Grite mientras unas gruesas gotas resbalaban por mis
mejillas - ¡Por favor déjame ir! ¡Por favor! ¡Juro que no diré nada de esto!
¡Pero por lo que más quieras déjame libre! ¡Por favor! –
-Tu eres lo que más quiero, no puedo dejarte ir – estoy
jodido, completamente jodido. Pensé.
-¡Por favor! – lloriquee como un bebe ¿Pero que más podía
hacer?
-Lamento repetírtelo, no puedo dejarte ir…y más aun no
quiero – su respuesta fue tan directa que hizo que mis esperanzas se esfumaran,
se fueran con esa declaración – Vamos a ver, te ducharas, te cambiaras de ropa,
comerás un poco y después iras a la cama a descansar todo esto sin poner
objeción ¿Entendiste? –
-Pe-pe –
-¿Qué dije sobre poner objeción? Eres mío…entiéndelo de
una vez mascota - ¿Mascota? – Ahora serás bueno y dejaras de hacer preguntas de
las cuales ya conoces las respuestas – sentí como la fina tela con la que
estaba anteriormente vendado de ojos se posiciono nuevamente sobre ellos, me
mordí el labio, sentí la presión del nudo sobre mi nuca y otra vez era cegado.
–Ven te darás una ducha – me tomo de la cintura, su toque especialmente en esa
zona me hizo sobresaltarme rehuyendo a su contacto. – No te voy a ahogar – dijo
en un tono de burla.
-¿Cómo quieres que me bañe si tengo los ojos vendados? –
exclame, estaba loco si pensaba que podría lavarme teniendo la venda que me
impedía ver.
-No hay problema - ¿Qué no hay problema?
Tomo mis hombros y comenzamos a caminar me daba órdenes
de que era lo que tenía que hacer y qué era lo que estaba delante de mí para no
tropezarme. Finalmente llegamos escuche el interruptor de luz, seguramente
hemos llegado al baño.
-Ven camina con cuidado, quítate la chamarra – escucho
que me dice lentamente y con movimientos lentos me deshago de esta. – Ahora los
pantalones - ¿Pero qué carajos? ¿Este maldito pervertido quiere tener fiesta
bajo la ducha?
-¿Puedes salirte? – mi voz sale baja y sumisa, me siento
un idiota.
-De que puedo, claro que puedo pero hay un problema. No
quiero - ¡Hijo de….! Me deshago de botón y comienzo a bajar el zipper, me va a
ver ese mal nacido me vera, bajo lentamente mis pantalones hasta que ellos me
traicionan y bajan con rapidez hasta mis tobillos. Maldición murmuro.
-Bien – siento sus manos otra vez sobre mi cuerpo cuando
comienza a jalarme – Alza las manos – quiero oponerme, pero el miedo me hace
obedecer – las alzo cuando escucho el crujir de unas cadenas, me va a atar
nuevamente, siento el frio del hierro en mis muñecas cuando escucho el clic de las esposas que se cierran
entorno a ellas. – Ahora no te muevas, no querrás que marque tu lindo cuerpo
por culpa de tus movimientos ¿O sí? – Niego rotundamente.
Escucho como jala mi playera y sin más escucho el crujir
de la tela siendo rasgada, me remuevo un poco por el nerviosismo, me siento
impotente quiero lanzarle una patada y reventarle los huevos de un rodillazo,
pero no tengo ni puta idea de donde esta él – Ya vez puedes ser buena mascota -
¡Ja! Cuando consiga como salir de aquí te arrepentirás de llamarme mascota
pedazo de mierda.
Mi playera esta fuera y ahora la única ropa que tengo son
mi bóxer y mis calcetines, siento como toma el elástico de mis bóxer y los jala
bruscamente dejando mi pene al descubierto, siento la necesidad de taparme la
entrepierna pero esto maniatado con esposas que no me deja separar mis manos y
con los brazos alzados, cruzo una pierna con el único propósito de que cubra
aunque sea un poco de mi miembro. Escucho una sonrisa burlona, el idiota se
está burlando.
-Abre las piernas – otra orden, al contrario de lo que
dijo mi muslo se pegó aún más a mi entrepierna
- ¿Acaso no escuchaste? – esa maldita voz tan demandante, lentamente
comencé a separarlas hasta que deje totalmente expuesto mi pene ante él. El
ruido del agua cayendo de la regadera comenzó. Sentí un algo pasar por mis
muslos lo que hizo que pegara un bote.
-¡NO ME TOQUES! – estalle.
-¿Cómo pretendes que te bañaras si tienes las manos
atadas? Te bañare yo – dijo mientras continuaba esta vez subiendo hasta mi
pecho.
-¡¡SUELTAME DEPRAVADO!! ¡¡SUELTAME!! – grite y me removí
las esposas lastimaban pero me valía mierda porque lo único que quería es que
dejara de tocarme.
-¿Por qué? – formulo una pregunta ¿Por qué, qué? – Di por
favor –
-¡Por favor! -
suplique
-Te desatare una mano y tú te bañaras, pero eso si nada
de quitarse la venda o pueda que me porte rudo contigo y no quieres eso ¿Verdad
mascota? – Negué – Creo que no escuche.
-No, no lo haré – dije con apenas un hilito de voz,
cuando sentí que una de mis manos era libre, sin más me entrego lo que parecía
una esponja de baño.
-Báñate – me ordeno y sin más obedecí.
Una vez que termine de bañarme me quito la esposa y me
condujo fuera de la ducha para entregarme una bata de baño y sin más salir.
La venda que tenía en los ojos estaba toda mojada y me
pesaba, apuesto que si hago muecas la venda caerá sola por lo que comencé con
la tarea de mover los músculos de mi cara hasta que la venda comenzó a
deslizarse para abajo, bien está funcionando me dije mentalmente por lo que
comencé a repetir la tarea hasta que sentí como podía observar y sin más de un
movimiento más la venda cayo quedando colgada de mi cuello.
-¿Te has divertido mascota? – mis ojos se abrieron sabía
que era él, era el tipo que entro al local y me observaba
-¡¡NO ME LLAMES MASCOTA HIJO DE PUTA!! – y sin más comencé
a inspeccionar el lugar había una salida rápidamente corrí hacia esta, esta era
mi oportunidad era mi única oportunidad, pero una fuerte mano me tomo del brazo
haciéndome girar, no lo pensé mucho solo actué estampe mi rodilla derecha en la
entrepierna del desgraciado que hizo una mueca de dolor y me soltó - ¡Para que
aprendas! – dije y volví a correr hacia la puerta, pero una vez más me cogió o
más bien tomo una esquina de la bata del baño, rápidamente me deshice de esta,
que importaba si estaba desnudo lo último en lo que me fijaría seria en eso. Lo
que deseo es escapar.
Llegue a la puerta y gire el pomo, pero vaya tenía tan
mala suerte que estaba cerrado, golpe con los puños la puerta.
-¡¡AUXILIO!! ¡¡POR FAVOR SI ALGUIEN ME ESCUCHA AYUDEME!!
–
-Nadie te va a ayudar – me gire para encontrarme a ese
hombre de cabello negro, ojos penetrantes y amenazadores, esta todo vestido de
negro y ahora camina con aire de amenaza hacia mí.
-¿Por qué? ¿Por qué? – pregunto el solo sonríe con
suficiencia.
-Nadie te ayudara mascota-
-¡¡DEJA DE LLAMARME ASI!! – grito.
-Te llamo como se me pega la regalada gana ¡ERES MIO!
¡¡ERES MI PUTA MASCOTA!! – su voz fiera como en trueno me hace encogerme.
Llega hasta donde estoy y de una manera certera me toma
de los hombros y me inmoviliza.
-¡¡SUELTAME!! ¡¡SUELTAME!! – comienzo a forcejear.
-Tú lo pediste – y sin las escucho un certero manotazo en
mi nalga izquierda que hace que me cale hasta los huesos, siento el hormigueo y
el dolor que su palmada ha ocasionado en mi nalga, y sin ni si quiera pensar
siento el otro, escucho como algo se desliza y sin más siento un fuerte golpe
en mi muslo derecho.
-¡AAAAAAAAY! – grito dolorido este golpe ha sido peor que
los últimos dos y sin más siento otro en mi pantorrilla izquierda. -¡POR FAVOR!
¡POR FAVOR PARA! ¡YA NO ME PEGUES! ¡ME PORTARE BIEN! – digo entre sollozos
lastimeros, como un cachorro.
-Necesitas un castigo mascota – exclama con la mirada
profunda y envenenada.
-¡NO! ¡NO! ¡POR FAVOR! ¡PARA! ¡ME PORTARE BIEN! – las
lágrimas me nublan la vista y siento que a causa del dolor de los golpes quiero
desmayarme, al parecer el también lo nota por que vuelve a sujetarme.
-Si a ti te gusta dar golpes a mí me encanta, no tientes
a tu suerte pequeña mascota o saldrás mal parado. Mejor obedece es lo único que
puedes hacer si quieres mantenerte con vida ¿Entendiste?
-S-s-si – titubeo.
-Bien ahora te secare y estarás tranquilo – cogió una
toalla y me restregó el cabello para secarlo, quería volver a poner objeción
pero no quería recibir más golpes por lo que me quede quieto, una vez que
termino boto la toalla y me dio ropa interior la cual me puse rápidamente.
-Bien mascota es hora de dormir –
-¡¡SEEEEEEEEUNG!! – escuche decir
-¡¡YA VOOOOOOY!! – grito mi secuestrador al parecer los
otros estaban ahí también.
-Hora de dormir – y sin más sentí un pinchazo en el
cuello.
-¿Q-Q-Que m-m-me e-est-a-a pa-pa-sa-a-ando –
-Duerme mascota-
Y esto fue lo último que escuche antes de quedarme
completamente inconsciente.